person holding white ceramic cup with hot coffee

¡El CAFÉ TE SABOTEA!


¿El café te está saboteando? Descubre cuándo tomarlo para evitar el bajón de la tarde

Sabemos que para muchos, el café es sagrado. Ese momento matutino en el que saboreas tu primera taza, con su aroma envolvente, es casi un ritual de preparación para el día. Pero, ¿alguna vez has pensado que quizás estás tomando tu café en el momento equivocado? ¿Te suena familiar el «bajón» de energía justo después de comer, esa pesadez que te deja deseando una siesta o, peor aún, otra taza de café a las 4 o 5 de la tarde? Y claro, luego llega la noche y… ¡no puedes dormir!

No te preocupes, no tienes que renunciar al café, pero sí te diré que hay una forma más inteligente de disfrutarlo, ¡y de paso evitar esos picos de cansancio que te arruinan el día! Vamos a cambiar tu forma de tomar café para que sea tu mejor aliado en lugar de tu peor enemigo.

¿Por qué tu café matutino podría estar arruinando tu energía?

Lo primero que tienes que saber es que tu cuerpo tiene sus propios mecanismos para despertarte. En las primeras horas de la mañana, tu nivel de cortisol, una hormona clave para estar alerta, está por las nubes. Así que cuando te tomas ese café nada más levantarte, en realidad no lo necesitas tanto como crees. Estás gastando tu «comodín» de cafeína demasiado pronto.

Ahora imagínate esto: si retrasas esa primera taza de café hasta el final de la mañana, cuando tu cortisol ya ha bajado un poco, tu cerebro realmente aprovechará el empujón. Así mantendrás la energía mucho más estable durante todo el día, sin depender de la cafeína para sobrevivir la tarde.

El temido bajón de después de comer: ¡tiene solución!

Ese momento después del almuerzo en el que te invade el cansancio… ¡es más común de lo que piensas! ¿Por qué pasa? Fácil: es una combinación peligrosa. Primero, la cafeína matutina ya ha desaparecido de tu sistema. Segundo, tu cuerpo está procesando la comida que acabas de ingerir, lo que naturalmente baja tu energía. Y, por último, tu nivel de adenosina (la sustancia que te da sueño) ya está en su punto más alto porque ha ido acumulándose a lo largo de la mañana.

¿Qué es lo que muchos hacen? Acuden corriendo a por otro café a las 4 o 5 de la tarde. ¡Error!. Claro, ese segundo café te levanta un rato, pero luego… llega la noche y no puedes dormir. Es un círculo vicioso.

woman biting pencil while sitting on chair in front of computer during daytime

La clave está en retrasar tu café y evitar la trampa de la tarde

Aquí está el truco: en lugar de lanzarte a por esa primera taza al despertar, espera hasta media mañana, alrededor de las 10 o 11 a.m. Esto te permite mantenerte despierto y con energía cuando realmente lo necesitas: ¡después de comer! Al tomar café más tarde, evitas ese bajón de energía en la tarde y te sentirás mucho más equilibrado durante el día.

Pero cuidado, nada de café después de las 3 p.m.. Si no, prepárate para luchar con el insomnio, ¡y esa no es la idea!

¿Por qué esto funciona?

La ciencia es clara: la cafeína bloquea la adenosina, que es el neurotransmisor que te da sueño. Pero cuando el efecto de la cafeína desaparece, la adenosina vuelve a la carga con más fuerza, provocando ese cansancio abrumador que sientes a mitad de la tarde. Retrasando tu café, prolongas el efecto positivo y lo haces coincidir con las horas del día en las que más necesitas estar alerta.

La clave para mantener tu energía alta sin más café

Si realmente quieres mantener un nivel de energía óptimo, no dependas solo del café. Haz que tus mañanas sean activas: muévete, hidrátate y come algo ligero que no te dispare el azúcar. Si después de comer te invade el sueño, da un paseo, estírate o incluso prueba a tomar un snack saludable. ¡Cualquier cosa antes que otra dosis de cafeína a deshora!

Usa el café como tu aliado (y ahorra en ese segundo café)

Al ajustar la hora en que tomas tu café, no solo evitarás el bajón de después de comer, sino que también te ahorrarás ese segundo café que siempre terminas tomando por la tarde. Y lo mejor de todo: tu sueño nocturno no se verá comprometido. Imagina lo que podrías hacer con esa energía extra y lo bien que te sentirás al terminar el día sin ese cansancio aplastante.

Ahora que sabes cómo hacerlo, es hora de probarlo. Retrasa tu café, olvídate del bajón, y ahórrate ese dinerillo extra. ¿Te animas? ¡Suscríbete a nuestro blog y sigue descubriendo cómo hacer que cada día cuente más, sin depender de la cafeína!


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