No he tenido efectos secundarios…casi
Una de las causas que me llevó a abandonar Saxenda eran los efectos secundarios. Desde luego al principio con la dosis más baja no tuve demasiados problemas, pero al comenzar a aumentar las dosis…ahí empezó la tortura.
Verás, como puedes ver en los prospectos existen una serie de efectos secundarios muy frecuentes, para mi el peor con Saxenda fue las nauseas, y además conozco otro gente y pacientes que han tenido que dejar este tipo de medicación por esos efectos secundarios.
Cuando empecé con la Liraglutida, la sensación era de plenitud, al principio se llevaba bien, aunque era una sensación bastante continuada y «rara». Pero las dosis no eran suficientes para quitar ese apetito necesario para empezar a perder peso, así que fui aumentando, y también aumentaron los efectos secundarios.
Llegó un momento en el que estaba con nauseas prácticamente todo el día, incluso tuve unos días con vómitos que interferían en mi trabajo. Imagínate, yo tenía que anestesiar a los pacientes, pero me encontraba con tantas nauseas que prácticamente no podía realizar mi trabajo, de hecho un día me tuve que ir para casa…
Al final, entre los efectos secundarios, esa sensación desagradable, incluso de mal sabor, que me hacía andar con una botella de agua pegada a mi y sobretodo el tener que pincharme todos los días, me hicieron abandonar el tratamiento.
Así que unos cientos de euros a la basura. Tal cual, porque me quedaron dos plumas sin usar.
Lo peor de todo para mi fue que no conseguí mi objetivo de perder peso, y durante una temporada volví a abandonarme.
Así hasta llegar de nuevo a los 102,8 kg y la sensación de estar tirando mi salud ( y mi vida) por no conseguir perder peso.
Cuando estás en esa vorágine de estrés, imagina mi trabajo de anestesista con casos complicados y graves y 12h de trabajo, guardias, etc… y en cima no tener horarios para comer con calma, ni una dieta saludable, tampoco tiempo ( o ganas ) de realizar deporte…
La cosa iba otra vez cuesta abajo, hasta que leí sobre Mounjaro, otro día os comentaré por que no utilicé el famoso Ozempic.
Mounjaro se puso a la venta en España el 1 de julio, y el día 2 ya tenía mi medicación en la farmacia ( ventajas de tener amigos farmacéuticos).
El día 11 de julio empecé con la dosis de 2.5mg por primera vez, jueves, para que no interfiriese en mi trabajo si tenía de nuevo aquellos horribles síntomas secundarios y que me ocurriesen en el fin de semana.
Hoy es 6 de agosto, he aumentado la dosis a 5mg ( aquí he hecho trampa, ya os diré el porqué) pero hasta hoy no he tenido efectos secundarios. Quizás un par de días que tuve algo de descomposición, pero creo que fue por algo que comí, ni siquiera fue algo importante.
Las nauseas, que eran a lo que yo más temía después de mi fallida experiencia con Saxenda, hasta la fecha nada de nada
Tampoco tengo durante el día aquella mala sensación que me provocaba Saxenda y que me hacía estar incómodo todo el día.
Me pincho sólo una vez a la semana, así que apenas tengo hematomas por los pinchazos y además no necesito estar pendiente de cuando me pincho cada día.
Estoy encantado con Mounjaro, me quita el hambre, porque con nada que como ya me siento satisfecho y de hecho en algunos días casi me obligo a comer, porque podría pasar perfectamente sin probar bocado ( ojo a esto, hay que mantener un aporte adecuado y sobre todo una buena hidratación).
Además tiene una ventaja extra al usar Mounjaro sobre Saxenda, el control de la diabetes. En mi caso no soy diabético, pero si que controlar la resistencia de nuestro organismo hacia la insulina creo que es un efecto altamente positivo de cara al futuro. Es decir, la insulina que producimos «funciona» mejor, por lo que nuestras células necesitan trabajar menos produciendo insulina y los niveles de azúcar serán más estables.
Si me preguntas, qué medicación escoger para perder peso, sin duda entre Saxenda y MOunjaro, te diré que Mounjaro es mucho mejor en mi caso.